En este contexto, la innovación juega un papel muy importante para ENGIE como habilitador y acelerador de iniciativas que nos permite transitar a una economía carbono neutral. Nuestra visión de la innovación es que incrementa la competitividad de nuestro negocio y genera valor hacia nuestros clientes en sus desafíos energéticos y de sostenibilidad.
Para lograr estos objetivos, estamos intentando promover una cultura de innovación abierta, impulsando la creatividad. Siempre hablamos de la innovación como proceso, metodología y valor; pero también existe un concepto muy ligado al proceso innovador: que todo inicia con la creatividad de las personas. El libro “El ADN del Innovador” (de Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton M. Christensen), indica que todos nacemos con capacidad creativa. Muchas veces la aplicamos en nuestro día a día sin darnos cuenta. Por ejemplo desde cómo cocinar un plato con los únicos productos que tenemos en el refrigerador, o cómo ingeniárnoslas para trabajar en una misma habitación, los papás y los hijos, sin interrumpirnos y generando valor en lo que cada uno hace.
¿Cómo podemos reconocer e impulsar nuestra creatividad?
1. Un primer consejo sería la asociatividad y consiste en siempre dedicar algo de tiempo en la semana para aprender algo nuevo, desde una simple búsqueda en Google o viendo algún video de YouTube relacionado a un tema desconocido, esto va a despertar en nosotros la curiosidad y aquí está el secreto, asociar esta nueva idea o conocimiento que adquirimos y tratar de aplicarlo en algún desafíos o problema que tengamos en mente, se darán cuenta que sin pensarlo ya estarán creando una solución y todo gracias a la asociación.
2. Una segunda buena práctica es el networking. Es fundamental practicarlo cada vez que podamos, es decir tratar de conversar con personas distintas a nuestro círculo habitual. Nos permite adquirir ideas externas o desafíos en conjunto.
3. La tercera y última practica para fomentar la creatividad es el cuestionamiento, y todo lo resumo en la famosa pregunta “¿por qué?”. El hecho de preguntarse no solo despierta nuestro lado creativo y curioso, sino que también nos permite repensar de manera disruptiva ideas que podrían parecer obvias.
La creatividad y la innovación van muy de la mano, ninguna de las dos es inalcanzable. Todos podemos aprender las herramientas y técnicas, y aplicarlas en nuestro día a día generando valor en todo lo que hacemos. Sobre todo, estamos convencidos que nos permitirán conseguir el futuro sostenible, alcanzado una economía carbono neutral.